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martes, 19 de febrero de 2013

La Burbuja Feliz

Crear un ambiente relajado y seguro donde acoger a los más pequeños y también a los mayores, es un deber de todos: educadores y familiares tenemos la obligación de velar por la salud y la integridad de tod@s aquell@s que se encuentran bajo nuestro cargo y tutela.


  1. Somos nosotros mismos los que debemos estar relajados. Los valores de silencio y de respeto no se enseñan como se enseña una ciencia y sólo se transmiten por el contagio del ambiente, educando el estilo de vida, fomentando la experiencia. Los valores como la tranquilidad nunca pueden estar separados de la experiencia y sobretodo de la ejemplaridad. Cada uno tiene que buscar una técnica que les ayude dependiendo de su personalidad.
  2. Crear un entorno relajante. Los más pequeños son muy sensibles a todo aquello que pueden captar a su alrededor. El tono de la voz y la manera de hablar son factores poderosos para conseguir atención que se convierte en la base de la relajación.


Si somos capaces de crear un mundo, o nuestra propia burbuja dentro de él, donde las críticas, la hostilidad, los miedos y las culpas no hallen lugar; sino donde la confianza, el estímulo, la tolerancia, el aprecio, la equidad, la seguridad, la aprobación, la aceptación y la amistad reinen nuestros pequeñ@s crecerán con la integridad que hará de ell@s las personas que nuestro mundo necesita hoy en día.



La relajación es el medio por el cual podemos llegar a experimentar la libertad de vivir en el estado de conciencia que deseamos.

La Relajación Infantil presenta muchos beneficios siempre y cuando se practique habitualmente. Por un lado, el aprendizaje de métodos de relajación mejora la seguridad que tienen en sí mismos, mostrándose más sociables y menos agresivos, y por otro, incrementa su alegría y espontaneidad; lo cual puede observarse tanto en el seno de la familia como en el resto de relaciones sociales.

Nos podemos relajar entrando en meditación, escuchando música, leyendo un libro, tomando masajes, a través de la poesía... 

Los ejercicios de relajación deben ir diferenciando edades y considerando las capacidades de desarrollo y maduración que corresponde a cada nivel de edad. Como en cualquier otro aprendizaje o actividad, a los niños no se les debe obligar, sino que los ejercicios de relajación deben hacerse induciéndolos hacia el descanso y la distensión muscular, como una continuidad natural de las actividades, disfrutando de la relajación.

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